viernes, 2 de noviembre de 2012

PREVENIR Y DETECTAR ÚLCERAS POR PRESIÓN

  Las úlceras por presión suponen una complicación importante que puede afectar a pacientes cuya movilidad está limitada. La prevención de las UPP se divide en dos apartados: detección y prevención del riesgo, disminución de la presión sobre las superficies de apoyo.


Prevención de las UPP: 
  • Evitar la maceración de la piel, no utilizar jabones irritantes, secar cuidadosamente tras la higiene habitual, cambiar los apósitos,  mantener la ropa de cama seca, sin arrugas, y cambio frecuente de pañales. Se procurará evitar aplicar cremas espesas (pasta, óxido de Zinc) que se adhieren a la piel y son difíciles de retirar. La prevención de las UPP acorta la estancia hospitalaria y el periodo de rehabilitación del paciente, y contribuye a mejorar considerablemente su calidad de vida.
  • Los cambios posturales  son fundamentales en el tratamiento del paciente, no debiendo de superar de 2 horas el tiempo entre ellos.  Estos se deben realizar evitando el cizallamiento y la fricción tanto en la cama como en la silla. Es adecuado que los pacientes cambien de posición por sí mismos siempre que esto sea posible enseñándoles  a redistribuir el peso cada 15 minutos.
  • Los dispositivos auxiliares tales como almohadas o cuñas, deben proteger las prominencias óseas del apoyo sobre las superficies y del apoyo de unas sobre otras.  Estos dispositivos son de materiales diversos como: espuma de polietileno, látex, espuma de látex, almohadas de lana y algodón, espuma de neopreno y  colchones antiescaras que redistribuyen la presión sobre múltiples áreas de apoyo.
  • Los pacientes con riesgo de desarrollar UPP porque precisen permanecer largo tiempo en una silla, deberían disponer de la silla de la altura correcta y apoyarse sobre un dispositivo antiescaras. Cualquier persona en fase aguda de enfermedad, con riesgo de desarrollar UPP debería evitar permanecer ininterrumpidamente en cama.


                                   



Detección de las UPP:
  Habitualmente en las zonas de apoyo que coinciden con prominencias o máximo relieve óseo. Las áreas de más riesgo serían la región sacra, los talones, las tuberosidades isquiáticas y las caderas.
 Este tipo de úlceras se clasifican en: 

  • Úlcera de primer grado: aparece la piel enrojecida, este enrojecimiento no desaparece al retirar la presión que se ejerce sobre la zona, calor, edema, induración o insensibilidad.
  • Úlcera de segundo grado: la piel se agrieta a nivel de la epidermis y dermis, se da la formación de vesículas.
  • Úlcera de tercer grado: se da una pérdida de continuidad de la piel, con la aparición de necrosis del tejido celular subcutáneo que forma una costra de color negro llamada escara; pudiéndose extender más hacia el tejido subyacente.
  • Úlcera de cuarto grado: es una úlcera necrótica extensa que alcanza al músculo, al hueso, articulaciones, e incluso a vasos y nervios.


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